1 de diciembre de 2007

TIERRADENTRO

TIERRADENTRO

UBICACIÓN GEOGRÁFICA
La cultura de Tierradentro esta localizada en las sierras y valles que descienden a lado y lado de un sector de la cordillera central, en los municipios de Inzá, San Andrés, Belalcázar y vitonco, en el actual departamento del Cauca. La región al norte del departamento del Cauca fue llamada Tierradentro por su topografía de montañas escarpadas. Allí vivieron sociedades que, entre el 150 d.C. y el 900 d.C., enterraron a sus líderes con lujosos adornos martillados y repujados en oro. Tierradentro se distingue por las cámaras funerarias subterráneas, llamadas hipogeos, que fueron labrados en las cumbres de las montañas con formas que recuerdan las viviendas de los vivos. En ellas se colocaban urnas cerámicas con los huesos exhumados de uno o varios individuos.
ECONOMÍA
Empleaban el maíz como alimento; este grano, con la calabaza y el fríjol, fue la base económica de los pueblos precolombinos. Una producción agrícola eficiente permitió la dedicación de un grupo de individuos tareas diferentes de sembrar y cosechar, lo cual trajo la especialización del trabajo. La caza y la pesca proporcionaban la variación en la dieta. Plantas como el maguey y el algodón daban la materia prima para los tejidos, y estos, junto con la cerámica y la sal obtenía de las fuentes subterráneas que manan a orilla del río Ullucos, servían para el intercambio comercial con los pueblos vecinos.
CERÁMICA
En la cerámica doméstica, predominaban los cuencos y platos sencillos, las vasijas sin asas y las copas. Se define como típica la forma de la vasija trípode, de patas altas, diseñadas específicamente para colocar entre ellas la leña para la cocción de los alimentos. En cuanto a la decoración, también hay similitud, con predominio de engobes, incisión, escisión y empaste en blanco, con diseños geométricos, simples de líneas, zigzag, triángulos y rombos, y con escasos ejemplos de pintura, modelado y aplicación.
La cerámica denominada ceremonial, debido a su mayor y mejor decoración y a la colocación en las tumbas e hipogeos, se relaciona, en cuanto a la forma, con recipientes en forma de calabazos y, principalmente, las urnas funerarias. Estas urnas se fabricaron con arcilla amasada con trozos diminutos de cuarzo y mica, para evitar el resquebrajamiento de la vasija en el momento de la cocción, la cual se hacia al aire libre y con leña como combustible. A los hipogeos pequeños y sencillos corresponden urnas sin decoración; en los grandes hipogeos totalmente pintados, las urnas funerarias están colocadas sobre bases de piedra, unas en forma cilíndrica y otras semejantes a pequeños bancos de tres patas.
Los motivos mas comúnmente representados en la decoración de urnas son, la serpiente, la lagartija, el cien pies y la figura humana. Esta, la figura humana, es menos corriente y se halla a veces, en forma muy semejante a la de las caras gigantescas talladas en la parte alta de las columnas y pilastras de los hipogeos. También hay figuras míticas, mezcla de hombre y animal.
Otros artefactos de cerámica encontrados en las tumbas son pequeñas ollas que debieron usarse para comida ritual, cuencos en los cuales se ponía resina o grasa para la iluminación de esos recintos, y recipientes ceremoniales de fino acabado, llamados alcazarras, que representan aves, mamíferos y frutas.
ESTATUARIA
En diversos sitios de Tierradentro se han encontrado estatuas de piedra, la mayoría enterradas, caídas en las cañadas o escondidas entre las raíces de grandes árboles. En cuanto a forma, dimensiones y rasgos, podemos dividir la estatuaria en dos grandes grupos: el primero comprende ejemplares de menos de un metro, de talla rudimentaria, y el segundo, obras que alcanzan hasta dos metros y medio de altura, cuya técnica de fabricación denota mayor precisión y más detalle en el acabado de rasgos e implementos de figura.
Es evidente la relación de esta estatuaria con la de San Agustín. Las esculturas de ambas regiones tienen como características principales el ser simétricas y representar figuras hieráticas que impresionan por su estatismo, rigidez y frontalidad, representada en personajes importantes en su cultura: dignatarios, sacerdotes, guerreros y seres mitológicos.
Para un pueblo agricultor, las lluvias son un factor primordial: influyen en las cosechas, y de la misma manera que pueden traer beneficios, pueden ocasionar pérdidas; el pueblo necesita que las fuerzas que las causan les sean favorables, por lo que representarlas es indispensable para el ritual de propiciación. Por eso las ranas, animales anfibios, símbolos del agua y la tierra, o sea la fertilidad, que además anuncian la lluvia con su canto, son la materialización que hizo el hombre de aquellas fuerzas, y forman parte de la estatuaria en piedra, de proporciones monumentales para destacar su importancia, como los ejemplares que se encuentran actualmente en la plaza de Inzá.
Algunas de las estatuas son pequeñas y sencillas, representan seres humanos desnudos y casi sin adornos. Otro grupo de esculturas son de mayor tamaño y mejor técnica, se catalogan como masculinas o femeninas porque varias de ellas tienen cubierto el pecho y la espalda con una especie de poncho o blusa, usan faldas cortas y tocado de cinta que circunda la frente y dobla por detrás de la cabeza formando dos espirales superpuestas las cuales corresponden a mujeres o diosas, los varones llevan el pecho descubierto, cubren el sexo con un guayuco escalonado, tienen en los tobillos un adorno circular y la cabeza cubierta por dos cintas que caen una sobre la otra en la nuca o en la espalda. Una característica específica de Tierradentro es la oreja destapada, adornada con grandes pendientes en forma de carretel.
La estatuaria de Tierradentro es la representación de dioses, hombres, animales y seres míticos, con similitudes en forma y proporción a la Agustiniana, pero sin alcanzar su perfección en cuanto a técnica de trabajo y detalle en el acabado.
El hecho de que muchas estatuas se encuentren rotas intencionalmente, casi siempre con la cara destrozada, parece indicar que hubo un enfrentamiento de pueblos que ocasiono la destrucción de sus símbolos religiosos o políticos.
ORFEBRERÍA
Hasta ahora no hay ninguna evidencia de que en Tierradentro se trabajara en orfebrería. Los objetos hallados pertenecen a excavaciones clandestinas sin información fiable. Se trata de colgantes con formas humanas y animales, pectorales circulares, pinzas depilatorias y narigueras de torzal y de argolla. Tres ejemplares se destacan por su tamaño y factura: una pulsera ancha, trabajada en lámina delgada, decorada con cuatro caras antropomorfas repujadas, de rasgos muy similares a las de San Agustín; una máscara que representa una cabeza con facciones mezcladas de hombre, murciélago y felino, y otra cuyo rostro, de nariz aguileña, lleva decoración curvilínea sobre los pómulos. Estas piezas debieron ser llevadas a la región como botín de guerra o como resultado de trueque comercial.
SOCIEDAD Y POLÍTICA
Un pueblo que construyó monumentos de la calidad y tamaño de las tumbas e hipogeos de Tierradentro tuvo, sin duda, una organización social compleja y estratificada. Posiblemente el clan fue uno de los componentes principales de la organización familiar y social, como lo indica la representación reiterada de animales en la pintura, la talla de piedra y la cerámica.
El poder político lo detentaban los sacerdotes. Seres humanos que tienen la serenidad de los soberanos, pero sus adornos son pectorales, pulseras y tocados, y muy pocos llevan armas o escudos.
Las tumbas demuestran también por su numero y calidad, que aquel pueblo tuvo una honda preocupación por lo sobrenatural, por el culto a la muerte o a los antepasados, todo lo cual configura un sistema de creencias cuyos principales representantes y mantenedores fueron los sacerdotes.
En la cerámica, los pocos ejemplos de representaciones humanas muestran hombres sentados en bancos, rodeados de lagartijas y serpientes; no llevan armas ni ornamentos, parece que su categoría esta expresada por la relación con esos animales simbólicos. Todo ello induce a pensar que la religión puede considerarse la institución principal de aquella sociedad que tuvo como rasgo característico su pacifismo, lo cual contrasta con la belicosidad de otras culturas, entre ellas la de los indígenas Páez, que les sucedieron.

CULTURA:
· RASGOS FÍSICOS
Las condiciones de acidez de los suelos y de humedad ambiental hacen que, hasta la presente, haya sido imposible aislar restos óseos para determinar características físicas de los antiguos habitantes. Los hombres usaban cubre sexos escalonados, y tocados formados por dos bandas anchas, superpuestas, que ceñían la parte alta de la cabeza y caían sobre la nuca o sobre la espalda. Se adornaban con collares y pendientes antropomorfos, pulseras en una o ambas muñecas y un adorno circular en el tobillo. En las orejas lucían grandes carreteles incrustados en agujeros abiertos en el lóbulo. Las mujeres llevaban una cinta sobre la frente, con los extremos colgados en la parte de atrás de la cabeza; se cubrían con una especie de camisa sin mangas, y la falda era corta y lisa. También usaban carreteles en las orejas, además de collares, pendientes y pulseras, que debieron ser de oro.
Los volantes de huso indican que se ejercitaban en el hilado y, consecuentemente, en el tejido, que sin duda hacían de las fibras del algodón y del maguey, que crecen en la región. Es posible que practicaran la pintura facial y corporal aplicada con pinceles o pintaderas de cerámica, puesto que estas últimas se han encontrado en varios sitios.
· RITUAL FUNERARIO
El rasgo arqueológico especifico y diferenciador de Tierradentro es el hipogeo o tumbas de entierro secundario. Las investigaciones de los últimos lustros han permitido diferenciar, en esa cultura, dos etapas del ritual funerario; la del entierro primario e individual en fosos cilíndricos o en tumbas de pozo no muy profundo con una pequeña cámara lateral, acompañado de cerámica domestica, hachas líticas, cuentas de collar, manos y piedras de moler, aislándolo del pozo mediante la colocación de losas que tapaban la entrada de la cámara.
Iniciando la segunda etapa, es decir el entierro secundario y colectivo, se ponían los restos dentro de una urna de cerámica sin tapa, para luego colocarlos en otra tumba mas profunda, denominada hipogeo, que presenta escaleras en el pozo y una amplia cámara lateral de planta oval y techo cóncavo. Los hipogeos mayores tienen escaleras de caracol en el pozo, cámara con nichos anexos y dos o tres columnas centrales, así como una decoración interna de pintura geométrica en rojo y negro sobre fondo blanco. La forma de la cámara del hipogeo es similar a la de las construcciones que, en la actualidad sirven como casas ceremoniales.
En el piso de la cámara del hipogeo se colocaban las urnas, cada una con los huesos de un individuo, pero también se abrían agujeros para poner allí los restos óseos de varios individuos. Se aprecia un tratamiento diferente para los muertos, que reflejan una diferenciación social entre los vivos: en las urnas guardarían los restos de los gobernantes, sacerdotes o personajes notables, y en las fosas comunes los de la gente del pueblo.
Las lagartijas como representación de lo masculino y el cien pies como su contraparte femenina aparecen repetidamente como temas decorativos en las urnas funerarias y están acordes con los conceptos duales que caracterizan a las religiones Prehispánicas de toda América.
Las tumbas de Tierradentro son construcciones subterráneas, talladas en la toba o ceniza volcánica endurecida que forma el subsuelo de la región. Entra pozo y cámara se colocaba una losa grande para impedir que, al rellenarlo con tierra, esta entrara a la cámara. A veces la separación no se hacia con losas sino con una valla de troncos o guaduas colocada a manera de puerta. Hasta el presente no se ha rodeado la boca de los hipogeos, a pesar de que se supone que hubo una manera de cubrirlas, mientras se cumplía el trabajo de su construcción y el del ritual funerario.
VIVIENDA
La vivienda estaba situada en pequeñas planadas artificiales construidas en las laderas de las montañas, con vista hacia el río o hacia los valles bajos. El poblamiento encontrado hasta ahora es disperso, es decir, cada casa está separada de las demás, lo que se explica por las características de la topografía de la región y también por la conveniencia de tener la vivienda cerca de los campos de cultivo. No se descarta la posibilidad de que existieran poblados.
Los hallazgos de viviendas en varias localidades, como Patucue, Turminá Coscuro, Inzá y San Isidro, evidencian el asentamiento de grupos humanos en la región. Las casas, de planta circular u oval, y con piso de tierra, estructura y paredes de madera, caña y techos de paja, tenían, en el centro, un fogón con tres piedras, y en algunas se ha hallado una zanja interna para la conducción de agua, con desagüe al exterior. Utilizaron barbacoas para lechos y estantes, y en el exterior ubicaron el telar vertical, los semilleros y los postes para sacar el fique. Los fragmentos cerámicos encontrados en el piso relacionan estas viviendas con los enterramientos, de tal manera que cerámica, tumbas y casas forman un conjunto unitario.

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