1 de diciembre de 2007

SAN AGUSTIN

SAN AGUSTÍN

UBICACIÓN
Esta cultura se ubicó en el Valle del Alto Magdalena, ocupado por actuales municipios de San Agustín, San José de Isnos y Salado Blanco, situados todos en las estribaciones del macizo colombiano; es un sector donde abundan las rocas volcánicas, materia prima empleada para sus famosos trabajos de estatuaria. Las regiones montañosas de San Agustín, en las cabeceras del río Magdalena, fueron habitadas de forma continua desde el año 1000 a.C. hasta la conquista europea. Durante los períodos Formativo, Clásico Regional y Reciente las sociedades de agricultores, ceramistas y escultores crecieron de manera gradual y se distribuyeron en aldeas cada vez más centralizadas.
El poblamiento de la región de San Agustín podría remontarse hasta el año 3000 a.c. Posteriormente, tras una serie de desarrollos sociales y económicos, se llego a la conformación de una sociedad conocida por sus espectaculares logros en el arte de la estatuaria en piedra actualmente existen dos propuestas de la cronología arqueológica de la región. Luís duque y julio cesar cubillos postularon un desarrollo cultural continua que incluiría una etapa arcaica (3300 a.c.-1000 a.c.) y un periodo formativo.
Gerardo Reichel – Dolmatoff hace referencia a tres fases principales la primera conocida como horqueta (- 50 d.c.) correspondería a sociedades que vivía en bohíos dispersos sobre la riveras del alto magdalena y, al parecer, no tallaban estatuas. En isnos la fase siguiente (50 d.C.-400 d.c.) se habla de introducción de grandes núcleos de vivienda, terraplenes, cultivos extensos. La ultima etapa de poblamiento sombrerillo (1400 d.c. – 1650 d.c.).







Durante el período Formativo, entre 1000 a.C. y 1 d.C., pequeñas sociedades agrícolas vieron surgir las primeras jerarquías sociales. En este período fue una práctica común retirar los huesos de las tumbas después de cierto tiempo y guardarlos en urnas funerarias de cerámica. Estas se colocaban en tumbas de pozo con cámara lateral, a veces con narigueras de oro o de tumbaga.
ECONOMÍA
Los antiguos agustinianos tuvieron como base económica la agricultura y la colección. Preparaban surcos en las laderas y en las partes altas de las montañas, dispuestos verticalmente, de manera que el agua de las lluvias corriera fecundando los terrenos y no se embalsara. El principal producto cultivado fue el maíz, como lo atestiguan las numerosas manos y de piedras de moler y los granos y tusas carbonizados que se han hallado entre la tierra de relleno de las tumbas, como ofrendas funerarias y entre las ruinas de las viviendas.
Los platos pandos de borde vertical que servían para tostar granos indican una manera propia de preparar el maíz, así como el maní, que hoy se sigue cultivando en esta región. Las frutas del nogal las recolectaban para obtener materias grasas. La cacería debió de ser complemento de la dieta alimenticia, y la pesca en menor escala.
ORFEBRERÍA
Los agustinianos trabajaron los metales desde el primer siglo de nuestra era. Obtenían el material de los aluviones de los ríos y lo fundían y laminaban; mezclando, en ocasiones, con cobre, para elaborar collares, zarcillos, diademas y pendientes. Mediante el sistema de la cera perdida fabricaron algunas piezas y los complementaron engarzándoles cuentas de cuerno o de piedras pulimentadas.
Los agustinianos trabajaron los metales desde el primer siglo de nuestra era. Obtenían el material de los aluviones de los ríos y lo fundían y laminaban; mezclando, en ocasiones, con cobre, para elaborar collares, zarcillos, diademas y pendientes. Mediante el sistema de la cera perdida fabricaron algunas piezas y los complementaron engarzándoles cuentas de cuerno o de piedras pulimentadas.Los crisoles de cerámica, las gotas de oro fundido y los fragmentos de láminas encontrados en las excavaciones indican que se trató de una industria local, lo cual se aprecia también en la similitud de formas que hay entre los adornos de la estatuaria y los objetos provenientes de los yacimientos arqueológicos.
El tema del águila aparece repetidamente en los colgantes de oro, y las diademas hechas de flexibles láminas muestran estilizaciones de aves y flores de maíz.
CERÁMICA
La producción alfarera de los agustinianos se destaca por su sencillez. Mezclaron las arcillas con desengrasantes de arenas cuarcicas o fragmentos triturados de cerámica. También añadieron mica a la pasta para obtener más consistencia y, además, puntos brillantes en las superficies de algunos recipientes. Dieron forma a los objetos por modelado directo o por el sistema de enrollamiento en espiral, y a veces utilizaron como molde otra vasija boca abajo.
Las piezas más frecuentes son las vasijas de cuerpo inferior semiesférico y superior troncocónico o campaniforme; también los cuencos y los platos pandos de bordes verticales, que se usaban para tostar granos. Ollas trípodes de soportes altos, macizos y curvos en la parte superior, aparecen con la base ahumada por su largo uso culinario, que también fue el de grandes recipientes de paredes gruesas y superficies ásperas, con decoración dactilar en los bordes.
Por su decoración, debieron de usarse en lo ceremonial copas de pie alto tubular, con recipiente pequeño de borde horizontal o inclinado, que llevan pintura negativa interna y por afuera un diseño de círculos y triángulos en negro sobre fondo rojo.
La pintura es casi siempre monócroma. La incisión y la excisión de puntos y rayas en la parte superior es típica, lo mismo que el empaste en blanco y rojo. Hay una ausencia casi total de motivos biomorfos, y es escasa la presencia de asas, que, cuando aparecen, son solo ornamentales.
Ÿ ESTATUARIA
La estatuaria agustiniana tiene unas características especiales que configuran un estilo propio. Tales son: su monumentalidad, puesto que la gran mayoría representa personajes de tamaño mayor que el natural; su rigidez, dada por la posición de las figuras: de pie, con las piernas juntas y los brazos pegados al cuerpo, casi siempre con las manos sobre el pecho; su entusiasmo, simetría y frontalidad. En cuanto a la temática, en ella encontramos representados principalmente seres antropomorfos y antropozoomorfos. Los primeros se han interpretado como guerreros, sacerdotes y dignatarios de esa sociedad; los segundos como animales simbólicos, y algunos de ellos míticos. En cuanto a los antropozoomorfos, se prueba por un cuerpo humano con una cabeza de hocico felino y grandes colmillos, identificados como deidades.
Por otra parte, las esculturas desarrollaron algunos temas reiterativamente, como el del alter-ego, representado por una figura que lleva a otra sobre su cabeza; los sacerdotes enmascarados; los sacrificios, manifiestos en seres que devoran a otros; las dinastías, expresadas mediante una deidad que protege a un ser humano; las cabezas trofeo en los collares de los dioses; los guerreros con armas y garrotes; y el principal motivo desarrollado por aquellos escultores, que es el de los llamados hombres jaguares o dioses solares, seres humanos con boca y dentadura felinas, que representan el poder, la violencia, la guerra y el dominio político y militar.
La serpiente emplumada y el águila con la serpiente entre las guerras también son temas repetidos, la serpiente representa lo terrenal, la fertilidad, la cotidianidad, y el águila lo celestial, lo sobrenatural, lo intelectual, unidos en la efigie del ofidio con plumaje, en vez de escamas, para expresar un ideal cósmico, un arqueotipo de su pensamiento religioso; o enfrentados en la escultura del ave que sostiene con las garras y el pico a la serpiente, para indicar el eterno choque de los dos aspectos de la existencia.
Los monos evocan sexualidad y procreación; las aves, el territorio de los dioses y la inteligencia; los saurios, el agua y la tierra unificadas; las ranas son anunciadoras de las lluvias, y cuando llevan garras y colmillos se relacionan con la muerte y el inframundo; las ardillas son símbolos agrícolas, y los peces, propiciadores de las buenas cosechas.
La mayoría de las estatuas forman parte de los conjuntos funerarios de los diferentes cementerios localizados en explanadas artificiales hechas en las colinas. Los sarcófagos de las grandes tumbas están cubiertos con losas que llevan tallada la imagen del difunto con los ojos cerrados y las manos sobre el pecho. Las estatuas se pintaban de blanco, rojo, amarillo y negro azulado.
La talla agustiniana se hacia en piedra andesitica y en tobas, con cinceles y martillos de piedra mas duras y compactas. Es típico el tratamiento de la escultura enfatizando la labor del tallador en la cabeza de la figura para luego ir disminuyendo ese detalle a medida que se desciende hacia las piernas y los pies del personaje.
VIVIENDA
Podemos decir que los agustinianos practicaban un poblamiento disperso, aunque no distanciado, determinado por la ubicación de las tierras más aptas para la siembra; sus casas estaban en las cimas de las lomas o en aterrazamientos en las laderas que fue necesario practicar por lo quebrado del terreno. Se busco la proximidad a los nacimientos de agua para no tener que limitarse a las orillas de los ríos, que, en algunas partes, son de difícil acceso por la profundidad de los cañones.
Aparecen viviendas solas y a veces con otra pequeña construcción aledaña que debió de servir para fines domésticos. También hay grupos de tres o más casas, sin que se pueda hablar de aldeas, sino apenas de caseríos; con la excepción de Quinchana, donde se hallaron vestigios de población relativamente nucleada. Estrechos senderos unían los núcleos habitacionales.
La casa era de planta circular u oval, de unos 3 metros de diámetro, de estructura sencilla, suelo de tierra apisonada, paredes de bahareque y techumbre cónica de paja. Se practicaba el enterramiento dentro del perímetro de la vivienda.
CULTURA:
· COMPLEJO FUNERARIO.
El complejo funerario agustiniano tiene características especiales. La región cuenta con muchos sitios, como las Mesitas, Quinchana, el potrero de Lavapatas, el Batan, Lavaderos, El Parador, el Alto de los Ídolos, el Alto de las Piedras y otros, donde se han encontrado cementerios, generalmente en terraplenes artificiales. Las tumbas son de diferentes tamaños y formas, relacionadas con la categoría social y la jerarquía militar, política o religiosa del difunto. Podemos considerar dos grupos principales: las subterráneas y las cubiertas. Las primeras presentan una variación que se inicia con sencillos pozos de planta circular, continua con fosos similares, pero con bóvedas laterales, y termina con fosas de tres tipos: las de planta oval, a veces con cámaras laterales; las de planta rectangular cubiertas de losas, y las de planta rectangular revestidas de losas en el piso, en las paredes y en la cubierta, con un deposito fuera del sepulcro, para las ofrendas.
La ofrenda funeraria es más variada cuanto mayor y más compleja es la tumba. Al lado del esqueleto aparecen recipientes de cerámica doméstica y ceremonial de diversas formas y decoraciones, lascas de obsidiana, núcleos y astillas de basalto y artefactos líticos, como cuentas de collar discoidales y tubulares, metales y manos de moler. Los amontonamientos de carbón vegetal indican que el fuego se enterraba también para acompañar al muerto en el mas allá, lo mismo que los adornos de orfebrería, como diademas, colgantes, aretes y narigueras.
· RASGOS FÍSICOS
Aparecen con una contextura física de complexión robusta, tendencia a la braquicefalia y una estatura de 1.65 m de promedio. Se cubrían con un taparrabos, sostenido por un ancho cinturón: una faja escalonada, triangular, como cubresexo o simplemente con un cordón que amarraba el pene y se anudaba cuidadosamente al lado derecho. Llevaban en la cabeza diademas de oro, gorros tejidos, o de pieles, coronas de plumas o tocados que complementaban los peinados con materiales diversos. Como armas usaban escudos, rodelas y mazas.
Las mujeres llevaban falda corta con cinturón, delantal o falda abierta al lado izquierdo, y en la cabeza turbantes o tocados, envolviendo el cabello en bandas de tela. Se pintaban el cuerpo con colorantes de ocre, y se adornaban con collares de piedra, conchas, semillas, hueso y oro. Usaban pulseras de chaquira de varias vueltas; narigueras de oro semilunares, circulares y tubulares; zarcillos de alambre de oro antorchado con piedras engarzadas y pendientes en forma de diminutas aves de cuarzo o de oro. Es de suponer que los ornamentos de orfebrerías eran privativos de las personas de alto rango, pues no se encuentran sino en las tumbas grandes, aunque la cerámica y la piedra aparecen en sepulcros de diferente tamaño y forma.
SOCIEDAD Y POLÍTICA
La estructura social imperante era la de agrupaciones familiares unidas por vínculos religiosos. Así se deduce de pequeños grupos de esculturas al lado de los cementerios, dispersos en lomas, en varios centenares de kilómetros cuadrados. Las necrópolis más grandes, como Mesitas, Quinchana y el Alto de los Ídolos, indican centros de especial jerarquía, que pudo ser ocupacional, política, religiosa o militar. La importancia de lo militar en esa sociedad lo muestran las representaciones escultóricas de guerreros armados, deidades felinas y cabezas trofeos.
Además existieron los Shamanes o hechiceros encargados de los augurios y curaciones. Otro grupo social destacado fue el de los guerreros, cuya función era la defensa del territorio por parte de tribus belicosas. El mayor número de la población estaba formado por agricultores, cazadores y pescadores, quienes sostenían a la clase dirigente con su tributo pagado en especie o en trabajo.Los escultores también pertenecían al común del pueblo, por razones de su oficio eran sostenidos con el excedente de la producción comunitaria.

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